
Hace ya un tiempo los movimientos feministas empezaron a cuestionar cuál es el rol de las mujeres en los distintos ámbitos de la sociedad. Esto llevó a que nos cuestionaramos cuál es papel que estaban jugando en los medios masivos y si lo que hemos estado haciendo hasta el momento estaba bien o no. A partir de esto, han empezado a salir muchas personas reivindicando espacios que antes tenían otras etiquetas, desde las modelos XL hasta los hombres que adoptan tendencias de moda creadas en primera instancia con estándares femeninos.
Una de estas luchas ha sido -y sigue siendo- la edad de las mujeres en los medios y la entretención. El reinado de la juventud por sobre cualquier otro factor en lo que consideramos bello está siendo cuestionado por mujeres fuertes y muy valientes, y en la punta de lanza de este grupo está Jane Fonda. Ella, una estrella consolidada de Hollywood y ya convertida en un ícono de la pantalla grande, se niega a salir del ojo público y desafía lo que se ha tildado de “ageism” o discriminación por edad.
La actriz está nuevamente en la palestra promocionando Our Souls at Night, una nueva cinta en la que comparte crédito con Robert Redford, otro ícono del cine. En este sentido Fonda ha logrado mantenerse vigente en una industria que tipifica los roles femeninos drásticamente según su edad, bajo una dinámica que permite a las mujeres jóvenes tener roles de interés romántico, pero que después de cierta edad sólo les permite interpretar roles maternales o derechamente “viejos”.
Pero hay más: Jane Fonda no sólo se mantiene actuando, sino que se mantiene siendo la belleza que siempre ha sido a los 79 años. La prensa se paralizó cuando la vio caminar por las alfombras rojas de todas las premiaciones de la temporada, impactando con espectaculares vestidos ceñidos de Naeem Khan y Atalier Versace vistos en pasarelas por jóvenes modelos que con suerte tienen un cuarto de la edad de Fonda. Y, por supuesto, todo fue elogios para Jane, de quien dijeron estaba haciendo una verdadera clase magistral de glamour y elegancia atemporal.
Tanto así fue, que ella, junto con su contemporánea, la actriz británica Hellen Mirren -otro ícono de belleza de entrada edad-, desafiaron todo convencionalismo desfilando para L’Oreal en la Semana de la Moda en Paris, siendo ovacionadas por los críticos y el público que tuvo el placer de verlas pasar.
Jane Fonda es de esas mujeres que sólo por ser ella misma, no disculparse ante lo que dice y piensa, y reclamar su espacio en la industria, revolucionan una sociedad entera y, por eso, es una mujer que inspira.